El Rancho tradicional

By Hugo N/A
El Rancho tradicional

La clase ILCA 6 hizo su estreno olímpico ayer por la mañana, cuando 43 embarcaciones zarparon para disputar la primera de las diez regatas clasificatorias del evento. Entre todos los barcos estaba el de Dolores “Lola” Moreira, la sanducera que compite por tercera vez en unos Juegos Olímpicos. Moreira se ubicó en el lugar 24, sumando de arranque esa misma cantidad de puntos, pero con la esperanza de mejorar su desempeño en la segunda regata del día; lamentablemente y al igual que ocurrió con Umpierre y Diz en el 49er, el viento (o mejor dicho la falta de él) fue el factor que terminó que no se largara la segunda regata y que todo se postergue para hoy, cuando en lugar de celebrarse dos regatas

se realizarán tres. Esto, evidentemente, altera el calendario y las estrategias de las participantes, pero también abre una oportunidad para aquellas que aprovechen mejor el tiempo de espera y logren adaptarse más rápidamente al viento cuando la competencia se reanude.

Es importante recordar que, si bien la primera regata ya está en marcha, el puntaje se determina en base a las mejores nueve carreras de cada navegante, desechando la puntuación más alta. Por lo tanto, aún queda mucho por delante y Dolores “Lola” Moreira tiene todo el potencial de escalar posiciones una vez que se reanude la competición.

Aprovechar este tiempo de espera será clave para el desempeño de las competidoras. Es por ello que los entrenamientos previos, en los que se simulan condiciones adversas y cambiantes, cobran especial importancia. Aquellas que hayan dedicado tiempo y esfuerzo a prepararse para eventualidades como la falta de viento o el cambio repentino del mismo, estarán en mejores condiciones de afrontar estas situaciones y adaptar su estrategia en consecuencia.

Por otro lado, mantener la concentración y el enfoque mental será crucial en los próximos días. Las largas jornadas de espera y la incertidumbre ante las condiciones climáticas pueden generar estrés y ansiedad en las Regatistas, por lo que es imprescindible contar con herramientas y técnicas de relajación y visualización que permitan mantener la calma y conservar la energía necesaria para dar lo mejor en cada regata.

En definitiva, el retraso en el calendario no debe ser visto como un obstáculo insuperable, sino como una oportunidad para readaptarse, reinventar la estrategia y seguir compitiendo con determinación. Las regatistas más resilientes y adaptables serán las que alcancen el podio en Tokyo 2020, demostrando una vez más que la vela es un deporte de constante transformación y crecimiento.